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Eva quiere saber y se lo hacen pagar. Quiere “gozar, reír y bailar”, como dice el piano merengue… se hace preguntas, quiere hacer el amor y construir su versión de los hechos… por eso come del fruto prohibido… Pero apenas muerde la manzana, la botan del Paraíso. Obligada a emigrar, comienza a vivir sin seguridad, sin la paz y la armonía original. Libre al fin de la fe en las Sagradas Escrituras, logra descubrir que el Paraíso Terrenal queda en el Caribe, como asegura Colón en la bitácora de su tercer viaje. Pero… ¿cómo se explica la historia de la culebra entonces, si en el trópico no crecen manzanas?

EVA

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